musica con sentido e sentimiento

quarta-feira, setembro 30, 2015

T. eagleton y la critica al marxismo en los tiempos de hoy



En un mundo come el actual, caracterizado por una pesante crisis del capitalismo, el libro de Terry Eagleton tiene el mérito de discutir en modo crítico y directo las acusaciones de parte de aquellos  que resondran a Marx de no ser actual. Pero, el momento que estamos viviendo ahora confirma siempre más la verdad y la actualidad de su pensamiento. Eagleton tiene el mérito de acercar a Marx al lector que tiene menos familiaridad con sus reflexiones, atraendo a un público amplio y no solo a un público academico. El plantea primero las acusaciones a Marx y luego responde. Ningún seguidor de Freud piensa que el maestro del psicoanalisis no haya caido en error. El objetivo de Eagleton no es presentar las ideas de Marx como perfectas, sino como posibles.

CAPITOLO SEI


CRITICAN QUE

Marx era un materialista. Credeva que no existía nada más que la materia. No tenía ningún interés en los aspectos espirituales de la humanidad  y consideraba la conciencia del hombre un simple reflejo del mundo material. Su actitud hacia la religión  era de brutal desprecio, y su concepción de la moral se limitaba simplemente al principio según el cual el fin justifica los medios. El marxismo desnuda la humanidad de todo lo precioso que tiene, reduciendo los seres humanos a montones de materia inerte, determinados por el ambiente circundante. Esta imagen deprimente de una humanidad carente de alma tiene un evidente punto de conjunción con las sucesivas atrocidades realizadas por Stalin y por los otros seguidores de Marx.

RESPUESTA

Marx no ha trascurrido muchas noches de insomnio interrogandose si el mundo estuviese hecho de materia, de espíritu o de queso fresco. Ha rechazado con una cierta indignación similares abstracciones metafísicas, considerandolas inutiles conjeturas. Siendo una de las mentes más formidables de la modernidad, Marx se ha mostrado mas bién alergico a las ideas extravagantes. Quién lo considera un frío teórico olvida que él ha sido, entre otras cosas, un autor romantico, desconfiado de lo que es abstracto y apasionado por lo que es concreto y específico. Para Marx, la abstracción tiende a ser simple y anónima; lo concreto, en cambio, para él resulta ser variada y compleja. De este modo, cualquier cosa haya significado para él, de cierto la cuestión del materialismo no ha tenido nada que ver con las discusiones que atañen la naturaleza de la materia del cuál esta compuesto el mundo.



En cambio, para los filósofos iluministas del decimoctavo siglo, el materialismo, ha significado, entre otras cosas, esto, osea: "no existe otra cosa que materia", algunos de los cuales han considerado incluso a los seres humanos simples funciones mecanicas del mundo material. Marx, de su parte, sostenía que tal prospectiva fuese completamente connotada en el plano ideológico. Tales filósofos, primeramente, ha reducido a los hombres y mujeres a un estado de pasividad. La mente era representada como una tabla rasa, sobre el cual eran registradas las impresiones sensoriales del mundo material externo. Las personas se formarían, de este modo, las proprias ideas a partir de tales impresiones. Así, los hombres podrían se manipulados de alguna manera con el objetivo de crear ideas "correctas", a través del cuál los seres humanos podrían cumplir rápidos pasos en adelante hacia un estado de perfección social. No es un resultado inocente desde el punto de vista político. Las ideas en cuestión provenían de un élite intelectual pertenecientes a la clase media, además de la justicia, la libertad y los derechos del hombre, se sostenía también el individualismo, la propriedad privada (de los medios de producción) y el libre mercado. A través de este proceso de alteración de la mente, tales pensadores esperaban, en modo paternalístico, influenciar el comportamiento de las personas comunes. Es improbable que Marx haya compartido este tipo de materialismo.


La filosofía materialista, antes que entrase en escena nuestro autor (Marx), no se limitaba a este punto. De una forma o de otra, pero, Marx pensaba que esto fuese una forma de pensamiento estrictamente dependiente de las condiciones de la clase media. El materialismo de Marx, así como esta desarrollado en su libro "Tesis  de Feuerbach" y en otros, es bastante diferente, y de esto era conciente. Sabía que estaba truncando en modo neto un materialismo ya anticuado, dando vida a algo verdaderamente innovativo. El materialismo para Marx ha significado tomar como punto de partida aquello que los seres humanos son en la realidad, y no partiendo de un oscuro ideal del cual poderse inspirar. Y, antes que todo, los seres humanos son una especie de seres prácticos, materiales y corpóreos. Cualquiera otra cosa sean, o puedan ser, debe derivar de este primo hecho fundamental.



Marx, en modo innovativo e con coraje, ha refutado el sujeto humano pasivo propuesto por el materialismo de clase media, reemplazandolo con un individuo activo. Toda la filosofía debe partir con la premisa que los seres humanos pueden ser tantas cosas, pero son antes que todos agentes. Son criaturas que se transforman en el acto mismo de transformar el propio ambiente material. No son piezas de la historia, de la materia o del espíritu, sino seres activos, auto-determinados, capaces de realizar la propia historia. Y esto significa que, al contrario del elitismo intelectual del iluminismo, la versión marxista de la historia es democratica. Son a través de la actividad práctica colectiva de la mayoría de las personas que se pueden de verdad cambiar las ideas que gobiernan nuestras vidas. Y esto es posible porque estas ideas son profundamente incorporadas en nuestra conducta concreta.


En este sentido, Marx ha sido más un antifilosofo que un filósofo. Es así que , Etienne Balibar lo ha definido "quizás ... el más grande antifilosofo de la época moderna". Los antifilosofos son aquellos que desconfian de la filosofia - no en el mismo sentido como podría desconfiar una persona cualquiera, por ejemplo Brad Pitt, sino por motivos que tienen una relevancia filosófica. Tales autores tienden a presentar ideas que desconfian de sus mismas ideas; y si bien sean, en la mayor parte de los casos, absolutamente racionales, no creen que todo sea reducible a la razón. Feuerbach, al cuál el materialismo de Marx es deudor, ha escrito que toda la filosofía autentica debe partir de su opuesto, osea, de la no filosofía. El filósofo a su parecer, debe aceptar "aquello que no es filosofía en el hombre, osea aceptar lo que es bastante opuesto a la filosofía y al pensamiento abstracto". y ha también agregado que "no es el yo ni la razón que piensa, es el hombre". Como resalta Alfred Schmidt, "la concepción del hombre como un ser necesitado, sensible, fisiológico es, por tanto, la base fundamental de toda la teoría de la subjetividad". En otras palabras: la conciencia del hombre es corporea - esto no significa que no existe nada fuera del cuerpo. Y es mas, es una manifestación de un cierto modo de ser del cuerpo, incompleto, indefinido, capaz de cumplir en cualquier instante una acción mas creativa que aquella que puede manifestarse justo en este momento.



Pensamos como pensamos en virtud del tipo de animal que somos. Si nuestro pensamiento se extiende en el tiempo, es porque así son también nuestro cuerpo y nuestras percepciones sensoriales. Los filósofos, se interrogan a veces sobre la posibilidad que una máquina pueda pensar. Quizás podría, pero en tal caso el pensamiento se realizaría en modo diferente al nuestro. Y es lógico, ya que la composición material de una máquina es muy diferente a la de un ser humano. La máquina no es dotada de necesidades corporeas, por ejemplo, no puede gozar de la vida emocional que, en nuestro caso, es estrictamente ligada a aquellas necesidades. Nuestro modo de pensar es inseparable de este contexto sensorial, práctico y emocional. He aquí el porque si una máquina pudiese pensar, no seríamos capaces de comprender lo que está pensando.


La filosofía materialista iluminista, del cuál Marx se había completamente apartado, era una actividad, en gran parte contemplativa. Ella predecía una situación en el cuál un sujeto pasivo, aislado e incorpóreo, examinaba en modo desinteresado un objeto igualmente aislado. Como ya se ha dicho, Marx ha refutado una similar representación del hombre, pero también ha subrayado que el objeto de nuestro saber no es algo ya dado y fijado de una vez por todas. Es mas probable sin embargo, que el hombre sea el producto de nuestra actividad histórica. Así como debemos volver a evaluar al hombre y concebirlo como una forma de sujeto proveniente de la practicidad, al mismo modo debemos volver a evaluar el mundo objetivo, considerándolo como el resultado de esta misma práctica. Eso significa por lo general, entre otras cosas, que puede ser cambiado.


Pensar en los seres humanos como sujetos activos y prácticos, y situar luego su pensamiento al interno de este contexto, nos ayuda a proyectar luz sobre algunos problemas que han afligido por siempre a los filósofos. Las personas que trabajan en el mundo son muy menos propensas a dudar que hay algo en ellas respecto a quién el mundo lo contempla comodamente a distancia. En efecto, los escepticos existen solo porque hay algo. Si no existiese un mundo material que da a ellos de comer, morirían y sus dudas perecerían con ellos. Si se creyese que los seres humanos son pasivos de fronte a la realidad, eso podría también inducir a dudar de la existencia de este mundo. Esto es debido al hecho que nosotros confirmamos la existencia de las cosas experimentando su resistencia a nuestros requerimientos. Y eso ocurre antes que todo, a través de nuestra actividad concreta.



En algunos casos, los filósofos han planteado la cuestión de las "otras mentes". ¿Como sabemos que los cuerpos con el cuál nos relacionamos tienen también ellos una mente igual a la nuestra?. Un materialista replicaría que si no fuese así, probablemente, no iríamos por las calles a poner la cuestión. Sin la cooperación social, no puede existir ninguna producción material capaz de mantenernos en vida, y la capacidad de comunicarnos con otras personas constituye una componente sustancial de aquello que entendemos con tener una mente. Se puede notar que la palabra "mente" es un modo de describir el comportamiento de un tipo particular de cuerpo: creativo, significativo, comunicativo. No tenemos necesidad de escrutar las cabezas de las personas o de enchufarlas a ciertas maquinas para ver si poseen esta entidad misteriosa. Simplemente nosotros miramos lo que esas personas hacen. La conciencia no es un fenómeno espectral; es algo que podemos ver, sentir y manejar. El cuerpo humano es un montón de materia, pero peculiarmente creativa y expresiva; y es esta creatividad que llamamos "mente". Definir racionales los seres humanos significa subrayar que su comportamiento revela un esquema de sentido o de significado. En algunos casos, los materialistas iluministas ha sido justamente acusados de reducir el mundo a nada menos que a una materia muerta, carente de sentido. El materialismo de Marx es todo lo opuesto.


La respuesta del materialista al escéptico no es una argumentación que no se puede refutar. En el fondo se podría plantear dudas sobre nuestra experiencia de la cooperación social o sobre la resistencia del mundo a nuestros proyectos. Quizás estamos solo imaginando estas cosas. Pero mirar a estos fenómenos con espíritu materialista puede proyectar sobre ellos una nueva luz. Es posible por ejemplo, resaltar que los intelectuales que asumen como elemento de partida la mente incorpórea, finalizando después con tener ésta como meta final de sus propios discursos, no logran a comprender como la mente se relaciona con el propio cuerpo y con el cuerpo de los otros. Probablemente en sus prospectivas, existe una distancia incolmable entre el pensamiento y el mundo. Eso es irónico porque, a menudo, es propio el modo en el cuál el mundo da forma a sus mentes que permite tener una idea de este tipo. Los intelectuales son, por un lado, una casta separada del mundo material. Solo aprovechando el exceso producido en la sociedad es posible producir una élite profesional de sacerdotes, sabios, artistas, consejeros, docentes de Oxford y así sucesivamente.


Platón pensaba que la filosofía fuese impensable sin la presencia de una élite aristocrática libre de cualquier otra obligación. No se pueden tener salones literarios y sociedades eruditas si después todo el mundo debe trabajar para mantener en funcionamiento la vida social. En las culturas tribales, las torres de marfil son raras cuanto las son las pistas de bolos (lo son también en las sociedades avanzadas, donde las universidades se han convertido en órganos del capitalismo corporativo). Visto que no tienen necesidad de trabajar como lo hacen los albañiles, los intelectuales llegan a considerar a si mismos y a sus propias ideas independientes del resto de la existencia social. Y esto es uno de los multiples elementos al cuál se refieren los marxistas quando hablan de ideología. Estas personas tienden a no considerar en términos de determinación social la distancia, real, que las separa del resto de la sociedad. La convicción según el cuál el pensamiento es independiente  de la realidad, es ella misma el producto de la realidad social.


Para Marx, nuestro pensamiento toma forma en el momento en el cuál actúa sobre el mundo, y tale necesidad material esta determinada por nuestras necesidades físicas. Se podría por tanto afirmar que el pensamiento es ello mismo una necesidad  material. Está estrechamente conectado a nuestros impulsos corpóreos, así lo consideran Nietzsche y Freud. La conciencia es por tanto el resultado de la interacción entre nosotros y el ambiente material que nos rodea. Es un producto histórico. La humanidad, escribe Marx, viene "fundada" por el mundo material, en el sentido que solo interactuando con ello somos capaces de ejercer nuestras facultades y verlas confirmadas. Es la "alteridad" de la realidad, su resistencia a los cambios que se le hace, que nos conduce a nuestro primer conocimiento de nosotros mismos. Y esto significa sobretodo la existencia de los otros. Es a través de ellos, en efecto, que nos convertimos en aquello que somos. La identidad personal es un producto social. Una única persona no podría existir, propio como un solo número no tendría sentido.


traducido y comentado  por  jonnhy llacu

Nenhum comentário: