musica con sentido e sentimiento

terça-feira, junho 10, 2008


1. “Ni tan blanca ni tan próspera”. Primera conclusión en mi primer día –serían seis- mientras recorro las calles de Santa Cruz de la Sierra, ciudad del Oriente boliviano que junto a Beni, Pando y Tarija, constituye lo que se llama la “media luna” conocida a causa de la guerra abierta que sostienen contra el gobierno de Evo Morales por la autonomía.

Otra cosa llamó fuertemente mi atención: la cantidad de camionetas 4x4 con lunas polarizadas que circulan por el casco urbano. Recordaba a Gabriela Oviedo, miss Bolivia 2004, quien para indignación general, declaró desde sus largas piernas: “En Bolivia no todos somos bajitos ni oscuros.

En la parte oriental somos blancos, altos y hablamos inglés”. Curiosa afirmación: Santa Cruz no es muy distinta de cualquier ciudad del norte peruano y poquísimos cruceños vi que midieran más de uno ochenta. El primer mito acerca de Santa Cruz"a la blanca” había caído.

“Yo nací acá señor, pero mis padres son de Cochabamba”, me dice Flor, 28 años cocinera del Hotel en el que me hospedé. Tiene el rostro pétreo y habla con los ojos bajos, sin mirar directamente, acostumbrada sin duda al trato extremadamente jerárquico y carente de afecto que acá dispensan al servicio doméstico.

“¿Votó usted en el referéndum Flor?”. “No señor, me responde, debía trabajar todo el día. No pude”. Insisto: “Pero ¿está usted a favor de la autonomía o no?”. Silencio. Flor voltea dos veces la tortilla en la sartén. La coloca en un plato y se aleja. Ni un solo gesto. Mi pregunta, por el momento, queda flotando en el aire.

2. La guerra de las cifras. Santa Cruz tiene casi dos millones de habitantes, 946 mil se inscribieron para el referéndum, en opinión de muchos absolutamente informal (la gendarmería municipal se hizo cargo de la custodia del material electoral, cosa que generó mucha suspicacia). De esos 946 mil, 266 mil no votaron. Y 110 mil votaron por el No.

De lo que resulta que de casi dos millones (restemos a los niños y a los ancianos), menos de un tercio quiere la autonomía. Curiosa noción de triunfo tiene el Comité Cívico Pro-Santa Cruz, que lidera la ola autonómica. Con este mapa social-cultural difícilmente las autoridades locales podrán imponer ley alguna. Para legislar, el gobernante debe gozar del favor popular. Y no es el caso de Raúl Costas, prefecto de Santa Cruz.

“El proyecto autonómico está copiado del separatismo vasco”, me dice Julián, 25 años, estudiante de filosofía a quien conocí en una librería llamada “El garaje”. “Pero el discurso de los comités no habla de separatismo sino de autonomía”, lo increpo. “Pero el proyecto está copiado de los vascos, me insiste. Yo no tengo la menor duda que las logias quieren el separatismo absoluto, solo que no lo dicen por prudencia”.

Le digo que si ese fuera el caso, los Comités estarían llevando a Santa Cruz al suicidio porque no tendrían ni los recursos necesarios ni la capacidad administrativa suficiente como para constituirse en Nación. “No les importa, me dice convencido.

Cualquier cosa para las logias es mejor que aceptar a Evo Morales como presidente. Los blancoides no asimilarán nunca la llegada de un indígena al poder”.

3. La guerra de las pintas. Están por toda la ciudad. “Pasaporte a los collas”, “Fuera collas de Santa Cruz”, “Evo, chola de Chávez” y una muy familiar: “Cholos de mierda”. En Bolivia se libra básicamente una lucha económica entre grupos de poder locales y el gobierno central. Pero los viejos prejuicios racistas han aflorado hasta la náusea.

Sin embargo la población no parece afectada por esta peste: uno ve cruceños de diverso fenotipo convivir en relaciones cotidianas horizontales y democráticas. Son más bien ciertas autoridades quienes destilan odio racial: no hace mucho, un alcalde de Santa Cruz, Percy Canales, dijo: “Uno tendría que ponerse plumas en la cabeza para hacerse respetar en este país”.

Pregunto a los transeúntes quién hace estas pintas: “Son las logias señor” El cruceño de a píe llama logias a los grupos de poder económico, de origen croata en su mayoría, propietarios del sector agro-industrial de la región y virtualmente los dueños de Santa Cruz. Su rostro más visible: Branco Marinkovic, presidente del Comité cívico pro-Santa Cruz, propietario de una gran empresa de aceite, artículo de primera necesidad, que el año pasado, elevó su precio en un 20%. Las “logias” son dueñas de los diarios y del canal de TV más visto en Santa Cruz, Unitel.

4. El Generalísimo a la boliviana. En una librería de viejo compro un libro de título sorprendente: Ideología y mito. Los orígenes del Fascismo boliviano, de Marcos Domich Ruiz, intelectual y médico marxista. Primera edición de 1978, último año de la dictadura del cruceño Hugo Banzer. ¿Fascismo boliviano? Sí señor, existe.

La elección de Evo Morales y reformas llevadas a cabo han reavivado los extremismos de derecha. Una de las figuras emblemáticas del fascismo cruceño y fervoroso partidario de la autonomía, es el beniano Carlos Valverde Barbery, 77 años, conocido como “el loco Valverde” militante de la Falange Socialista Boliviana (FSB), fundada en 1937. En 1957 Valverde organiza la Unión Juvenil cruceñista, especie de grupo de choque inspirado por la falange franquista que hoy constituiría el brazo armado del Comité Cívico Pro-Santa Cruz.

Este personaje declara que uno debe “estar dispuesto a matar por su patria” y llama abiertamente a la lucha armada contra los “quechuas y aymaras”.

“Hay otro grupo de extrema derecha aún peor, me asegura Julián. El MNCL”. El Movimiento Nación Camba de Liberación, abiertamente anti-indianista y anti-colla que aspira a crear su propio Estado federal boliviano en oposición a esta “especie de Tibet sudamericano constituido por étnias quechua-aymaras miserables y retrasadas” (página web dixit).


El MNCL tendría también su brazo armado los quere

mbas (guerreros, en guaraní), quienes bajo la consigna, irónicamente guevarista, de ¡Patria camba o muerte! mantiene estrechos vínculos con la Unión Juvenil Cruceñista. “Todos estos grupos comparten los mismos enemigos que denominan “hegemonía paceña”, “centralismo paceño” o más genéricamente “collas” y “altoperuanos”, concluye Julián.

5. Hidrocarburos y desigualdad social. Una anécdota se contaba en Santa Cruz durante mi estadía: convocados todos los grandes empresarios cruceños por el Comité cívico, una de ellas, mujer, habría puesto el parche apenas comenzada la reunión. “Si es para aumentar el sueldo mínimo, no cuenten conmigo”.

Los demás la increparon: “¿Pero no es usted autonomista”? Y la dama respondió: “Soy autonomista pero no tonta. Tengo un tren de vida alto, si pago más, ya no podré sostenerlo”. Promesa electoral de Costas: elevar el sueldo mínimo a mil bolivianos.

Hoy es de 550, es decir, 75 dólares al mes. Tras el “triunfo” del Sí, lograr el consenso entre los empresarios respecto a este asunto se ha vuelto algo utópico. “Aquí hay familias que son dueñas de tierras del tamaño de todo París” me dice un ingeniero español afincado en Santa Cruz hace años. Y aunque no pude constatarlo, lo que sí vi fueron enormes fincas de una ostentación vulgar (enormes estatuas plateadas de dioses griegos en las fachadas) que nunca antes vi.

Las desigualdades son tan grandes que uno se pregunta si el referéndum no es sino una reacción al proyecto de Evo Morales de acortarlas (por cierto, son fuertes los rumores acerca de la existencia de guaraníes en condición de esclavitud en las haciendas cruceñas de Alto Parapeto).

Otro mito falso: las supuestas nacionalizaciones de los recursos naturales. En realidad, desde su llegada al poder, Evo Morales ha renegociado 44 contratos petroleros, lo que ha aumentado los ingresos fiscales casi 20 veces más que en el 2005. El tema de los hidrocarburos es otro mito: la

principal riqueza de Santa Cruz es la producción agro-industrial de soya, subsidiada por el Estado. Está también el gas, ciertamente, pero se necesita diesel –que Bolivia no produce- para la maquinaria. Y el diesel, que Bolivia compra a Venezuela y a Argentina, es también subsidiado por el gobierno central a la “media luna”. Santa Cruz sola no podría asumir estos costos ni lejanamente.

comentario:El periodista insiste en saber a respuesta de la trabajadora del hotel,ella finalmente responde.

Es mi oportunidad: “Contésteme usted ahora Flor ¿está a favor de la autonomía o no?”. La veo dudar por un instante y sostengo su mirada y su sonrisa lo más afectuosamente que puedo. “Señor, yo soy boliviana. Mis padres nacieron en Bolivia y mis raíces están en Bolivia. Y trabajo acá, en Bolivia. Mi patria es Bolivia”. Esta respuesta acaso sea la mejor expresión de esperanza de unidad de este país hermano, sin duda en un momento difícil, pero trascendental.

Posteriormente a segunda parte de este reportaje de un periodista de un diario de Lima, un diario alias, muy próximo al gobierno peruano. Mas este reportaje de la misma ciudad de santa cruz, desvenda las muchas mentiras propalados por los periódicos bolivianos, del Peru(incluido la republica en ediciones anteriores) y del mundo sobre los alcances de tal referendum en santa cruz. Por lo que se ve en este reportaje la elite blanca santacruceña esta engañando ao pueblo de santa cruz, con las cifras y aun más, es imposible conducir autonomia teniendo que depender de otros departamentos para su existencia. El pueblo de santa cruz tarde o temprano se dará cuenta de esto.

la version completa aqui


comentario final

Estuve en santa cruz hace algun tiempo, cuando pregunté a alguien si gustaban de los kjarkas (afamado grupo de musica boliviana, que usualmente realiza viajes a peru, ecuador, europa etc), algunos decían que no conocían; esto ya me pareció extraño, pero luego entendí que efectivamente existencia pre-concepto racial. Solo algunos conocian y gustaban las musica de los kjarkas que tiene como base la cultura aymara e quechua. Otra sorpresa, en los lugares de diversion como video-pubs, discotecas, restaurantes, tocaba mucho la musica mexicana!! las rancheras y los boleros! como?, Mas parecia una ciudad de Mexico, Nada de huayño, saya, sicuris etc. Tocaban bastante cumbias y músicas brasileñas. Comenze a entender que era una ciudad con muchos imigrantes y mismo los descendientes de aymaras y quechuas renegaban de su origen, de su cultura ancestral; cosa que tambien sucede con algunos peruanos de lima.

En los periodicos de Bolivia, en particular santa cruz, efectivamente, en la seccion de "sociedade" están la vida cotidiana y de fiesta expresada en fotos de señoras e señores de ojos claros, piel blanca; aquella elite blanca que se enquistó en bolivia, y hoy es dueño de hoteles, de haciendas de monocultivo, de periódicos, de emisoras de TV y vendió al mejor postor los recursos naturales de bolivia para provecho propio. Es esa clase oligarquica que engaña a la mayoria "oscura" (frase miserable, acuñada por una miss bolivia ) de santa cruz y otras regiones para continuar en el poder, y usa el pre-concepto para aglutinar personas para su causa. No podemos admitir que en un pais de muchas etnias, de imigrantes, de mayoria quechua aymara, existe division por causa de colores y creencias. Peor aun, no podemos admitir que una minoria oligaquica( de mayoria blanca) decida los destino de todo un pais por conveniencia propia a custas de la mayoria que continua en la miseria y fuera de los lucros de recursos que produce la tierra boliviana.





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